jueves, 16 de diciembre de 2010

La mirra de los R. Magos contra el colesterol navideño



Recordemos la tradición navideña, recogida en los evangelios cristianos, y que nos habla de cómo los tres supuestos Reyes Magos entregaron como ofrenda oro, incienso y mirra al niño Jesús como reconocimiento a su estatus divino que no sé si es lo mismo que decir, haciendo un símil de chiste malo, "genéticamente totipotente". En cualquier caso, queda clara la fuerza como símbolos de estos tres elementos, pero no ha sido menor su importancia a lo largo de la historia, habiendo sido incluso usados científicamente de diferentes maneras.
Así, la mirra, una resina rojiza y aromática proveniente de árboles de la familia de las bursáceas que crecen en Somalia y península arábiga, ha sido conocida por sus propiedades como bálsamo, perfume y medicina; y, por tanto, utilizada desde antiguo para embalsamar a los muertos y también  por sus propiedades antisépticas y anestésicas. De ahí su alto valor en la antigüedad como mercancía caravanera desde la Arabia Felix (actual Yemen) hasta Fenicia y Egipto. Y ya en tiempos de la legendaría Reina de Saba (contemporánea, y puede que algo más, del rey Salomón de los judíos hacia un milenio a.c.) los sabeos, su pueblo, se enriquecían con su comercio.
Pues bien, ahora, y precisamente desde esa misma tierra de Arabia Saudí, nos llega la noticia  de que investigaciones realizadas incluyéndola en la dieta de roedores con hipercolesterolemia provocada, parecen demostrar su posible efecto reductor sobre la tasa de LDL o "colesterol malo" en sangre.
Es significativo, por otra parte, que la noticia provenga de un pais de tradición cultural más bien bastante hermética, como lo es la Arabia Saudí actual; lo cual indicaría que la globalización también alcanza a la propia investigación científica, haciendo posible que se pueda abrir un hueco incluso donde más difícil parecía, de lo cual nos alegramos.

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