Así nos lo cuenta Xavier Durán, divulgador científico de TV3, en una de las entradas del que creo que es su su último libro publicado, de título en catalán: "Per què les lleones no els prefereixen rossos?", concretamente la que lleva por título "Revelen els nostres cabells a quines ciutats hem estat?
Lo cierto es que el análisis isotópico del cabello nos puede dar dicha información porque aquello que bebemos y comemos queda registrado en el cabello, en los átomos de sus proteínas. Y como se ha descubierto en lo últimos años, el agua tiene características isotópicas diferentes para sus dos elementos H y O en función del lugar donde sea recogida. La razón que explica dichas diferencias es que el oxígeno-18 y el deuterio o hidrógeno-2, al ser más pesados que los isótopos más comunes de ambos elementos: O-16 y H-1, dan lugar a un agua de lluvia "pesada", rica relativamente en dichos isótopos. Esta lluvia "pesada" será la que precipite primero en aquellos lugares donde la circulación atmosférica de las nubes lo determine, por ejemplo en la línea costera en su movimiento natural desde el mar hacia el interior. Por ello, las ratios isotópicas del hidrógeno y oxígeno en el agua están determinadas por la geografía, aunque bien es cierto que no solo por ella, porque también influyen la temperatura de las nubes, la estacionalidad de las lluvias, el índice de evaporación de las aguas...pero sí que, teniendo en cuenta todos esos factores, ya se han podido realizar mapas a diferentes escalas (ver las dos imágenes adjuntas correspondientes a la presencia mundial del O-18 y europea del deuterio) de las distribuciones geográficas de los isótopos particulares.
Con ello se ha abierto un nuevo campo de investigación hace escaso años que algunos han dado en llamar Isoscapes, palabra que mezcla "isotopes" y "landscapes" y que carece, que yo sepa, de traducción al castellano por el momento. Las aplicaciones pueden ser múltiples, como la comentada en el libro de Xavier Durán, y que hace referencia a una investigación de Thure E. Cerling de la Universidad de Utah, que se resume con su frase de "Give me a hair and I’ll tell you where you have been". Aplicaciones que tienen que ver con la medicina forense y la criminología, o también con los estudios de migraciones animales o incluso con la investigación del fraude en bebidas de agua mineral, cervezas o whiskeys.
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