De entre las muchas aplicaciones con que cuentan los
procesos electrolíticos, procesos en los que se fuerza un cambio químico redox a base del consumo de
energía eléctrica que en forma de corriente continua se hace pasar por una cuba
electrolítica, podríamos repasar rápidamente bastantes posibilidades. Entre ellas, las reducciones de metales muy
reactivos como los alcalinos y alcalinotérreos,
donde a partir de sus formas oxidadas en compuestos varios, mayormente
sales y óxidos, se pueden obtener dichos metales en forma pura, así, por ejemplo,
el caso del sodio. Esto también vale para la industria del aluminio que se
obtiene a partir de la reducción de sus minerales criolita y bauxita. Sin
olvidar que de la electrólisis también nos valemos para purificar metales, para
la obtención de ciertos compuestos como la sosa caústica que sale de
electrolizar sal común en disolución acuosa y dejar que el sodio obtenido
reaccione con el agua, o todo lo que tiene que ver con muchos procesos de
recubrimiento como los galvanizados a base de cinc, que tanta importancia
tienen en la protección frente a la corrosión, plateados como la alpaca,
dorados, cromados y un largo etcétera.
Pero ahora no quería más que comentar, anecdóticamente eso
sí, que visitando el Guggenheim Bilbao me ha llamado la atención, dentro de la
exposición de los fondos de la colección permanente, la presencia de una obra
de Anselm Kiefer, que ya expuso
profusamente su obra en el mismo museo en el 2007, y que bajo el título de
"Tierra de los dos ríos" y sin entrar ahora en valoraciones sobre su
significado y valor artístico que no me corresponden, parece ser, según la ficha técnica
que acompaña a la obra, que ha sido obtenida a base de (copio literalmente): Emulsión, acrílico, plomo, sal
producida por electrólisis y condensador de placas de zinc sobre lienzo.
Aun desconociendo los detalles de cómo ha sido aplicada la electrólisis a la realización del lienzo sí que me parece curioso mencionarlo por lo que tiene de aplicación original de los procesos electrolíticos más allá de los industriales arriba mencionados. Aunque bien es verdad que ya desde el siglo XIX se viene practicando la técnica del grabado electrolítico entre las técnicas artísticas, de la cual podemos consultar aquí una práctica sencilla basada en ella.